viernes, 12 de octubre de 2012

LOS DEL DESTINO 2

Capitulo 2
Miriam abre los ojos a las once de la mañana con una molesta luz que apuntaba directamente sus ojos cristalinos. A continuación se dirige hacia el baño como cada mañana, y sonríe… Hoy se ve guapa, y con dicho ego acumulado acude a desayunar, se acuerda de su libro y le entran ganas de investigar, pero sinceramente no le apetece. Quiere desayunar, darse una ducha, arreglarse y salir un rato a tomar el aire fresco. Si, estaba segura de que iba a ser una buena mañana.
Miriam ve que le rodean más enemigos que amigos, por su forma de pensar de la vida, que hay que vivirla al máximo cada día y reírte lo más que puedas siendo tú misma. Porque cuando te des cuenta… Puede que ya no consigas disfrutar de ella. Debes hacer siempre lo que quieras hacer en cada momento independientemente de lo que los demás puedan decir de ti, es tu vida y solo hay una.
Odia a la gente que juzga a los demás solo por el hecho de ser como son.
Solo algunos valientes como ella piensan de esta forma, el resto suele limitarse a criticar. Camino al Starbucks piensa en picar a Lucia e ir con ella a tomar una café y hablar de que pueden hacer esta tarde, le apetece ir de fiesta y descansar de los exámenes, pero tiene que ver qué planes tiene su amiga.


Ya ha llegado a la puerta, y puesto que no recuerda el piso, se dispone a llamarla:

-Dime Miriam

-Estoy en tu portal, ¿puedes bajar y venir hasta el Starbucks?

-Claro, estaba súper aburrida, ahora mismo bajo.

En cuanto se ven, Lucia como siempre saluda a Miriam con gran efusividad, es cariñosa, pero muy bruta. Es miedosa, y muy insegura.

Miriam es indecisa, pero impulsiva, casi siempre actúa sin pensar. Le encantan las fiestas, las aventuras, el amor. Es niña en ocasiones, y en otras pocas mujer, pero pocas veces se da el caso.

Camino hacia el Starbucks…

-¿Tienes algún plan para hoy?

-Si, quede con Caro, ¿Salimos como siempre?.

-Ah, pues si. ¿Qué te vas a poner?

-Una camiseta beis de palabra de honor con un lacito grande en medio del pecho. Unos pantalones cortos negros, y unos tacones negros con piedritas beis. ¿Y tu?

-Pues llevare un vestido pegadito en color naranjita claro, corto, con unos tirantes muy finos. Y calzare unas sandalias de tacón en color verde claro.

-Vas a estar genial.

-Si, tu también. Espero que lo pasemos genial, hace lo menos tres meses que no salgo de fiesta.

-Lose, pero lo pasaremos bien, no te preocupes amor.

-¿Esta cerrado? , ¿Qué raro no?

-Pues si... ¿Y que vas a hacer ahora?

-Pues supongo que iré ya a prepararme para por la tarde. Tengo que ducharme, alisarme el pelo, vestirme, peinarme maquillarme, y recoger la habitación.

-¿No comes?

-Supongo, a mi lo que me den.

-Ah bueno, pues entonces como yo.

-Y yo, me voy por aquí, que de paso voy por casa de mi tía a buscar la plancha del pelo, que se la deje el otro día y se la quedo.

-Vale, ¿A las 16:30 en la parada del bus?

-Vale. Adiós

Un suave “Chao” se oía de fondo, mientras que Miriam corría emocionada a casa de su tía.

Cuando llegase a su casa, tenia que ducharse, secarse el pelo, alisárselo, pintarse la ralla, y los labios con el pintalabios nuevo .Después se pondría el vestido, la colonia y prepararía el bolso; metería la cartera negra nueva con 10€ y el DNI, un paquete de pañuelos, la barra de labios, compresas para por si acaso, el móvil, un mini paraguas, tiritas, un espejo de bolsillo y un peine plegable. Asique mas le valía darse prisa en casa de su tía.

Como siempre ella lo tenia todo preparado a la perfección, y una vez organizado , sigue repasándolo para que no se le olvide nada.

Cerca de la casa de su tía, se acuerda del libro… Se muere de intriga, pero no quiere leerlo antes de la fiesta. Tiene que cambiar el chip, tiene que estar a tope, olvidarse de la historia del libro, estar despreocupada y disfrutar.

Ya en casa de su tía, se saludan con mucho ánimo, puesto que a parte de ser familia, son grandes amigas:

-Buenas Elena

-Hola Miriam, ¿Cómo tu por aquí?

Miriam ríe. Es una de esas personas que en cada palabra, en cada frase que dice, siempre encuentras algo gracioso que te provoca felicidad.

-Veras, es que hoy voy a salir con mis amigas y necesitaba la plancha.

-Ah, claro. No te preocupes, ahora mismo te la doy. ¿Que vais de disco?

-Si, pero me portare bien, don’t  worry.

-Si, si…Toma anda. Pásatelo muy bien.

-Gracias tía, cuando la vuelvas a necesitar pásate por casa, ¿vale?

-Vale, no te preocupes, ya me pasare, y si no, va siendo hora de que me compre una. Un beso mi vida.

-Adiós tía.

Miriam sale corriendo de casa de su tía a la suya. Entra corriendo  por la puerta, sube las escaleras, coge su ropa y la deja preparada en una baldita del baño. A continuación, pone música y entra en la ducha.

Lucia mientras habla con Carolina por teléfono, y le anuncia los cambios de planes. A Carolina le parece estupendo, pues la tres chicas se llevan genial. Siempre una vez al mes se quedan a dormir todas juntas.
Cuelgan el teléfono.
Carolina corre a avisar a su madre de que acaba de quedar con las chicas para esta tarde y que posiblemente se queden a dormir en casa de alguna. Su madre cede, como siempre.
Es una buena chica, estudia bien, le cuenta todo, o casi todo… Bueno, realmente no tiene ni idea de los pensamientos que pasan por la cabeza de Carolina, pero tampoco se preocupa, siempre parece saber bien lo que esta haciendo. Y mientras Carolina se mete en la bañera , Miriam sale de la ducha, que aun tiene que comunicarle a su madre que esta tarde se va con sus amigas, pero no sabe cómo hacerlo, pues aunque no hallan discutido últimamente, no le va muy bien en clase.
-Mama
-Dime-Responde su madre mientras prepara la comida.
-¿Puedo salir esta tarde con las chicas?
-Vale, pero tienes que secarte el pelo, recoger tu habitación, el salón, vestirte y comer.
-esta hecho
-¿Y a que hora te vas?
-Quede con Lucia a las 16:30 en la parada bus y Carolina ira con ella.

-¿Y a que hora vas a volver?

-No se, ¿A que hora tengo que volver?

-A las 22:00 en casa, ni mas, ni menos.

-Esta bien .Voy a hacer lo que me mandaste.

-Vale. Pero en cuanto te llame a comer, vienes inmediatamente.

-Oye, ¿Y papa?

-Viene a las 15:00, tenía trabajo que hacer.

-Vale.

Miriam llega a su habitación, y le hecha un vistazo, realmente esta desordenada, tanto que no sabe ni por donde empezar.

Lucia esta tirada en el sofá con el tuenti abierto y la tele encendida. Pero no hace caso a nada, ella solo piensa en esta tarde, en lo bien que lo van a pasar todas juntas.

Son las 14:00, su prima dijo que llegaría arreglada a su casa a y media…A lo mejor podía irse arreglando, pero le da tanta pereza levantarse de ese cómodo sillón…Que desiste, y se queda allí tumbada esperando a que su prima llegue.

Carolina sale de la bañera y mira el reloj. Las 14:·30, no se preocupa, es rápida y tan solo le queda vestirse, y maquillarse.

Carolina es una chica guapísima, alta, delgada, morena. Es una belleza especial que no tiene nadie, ni si quiera Miriam. Las tres son preciosas. Pero entre Miriam y Carolina, a pesar de ser distintas, es muy difícil elegir entre ellas. Lucia es la mas gruñona, distinta, dice a cada momento lo que piensa y puede que eso sea el motivo por el atrae a menos gente aun que Miriam con su forma revolucionaria de pensar  frente a la vida.

Carolina termina de arreglarse, le da un beso a su madre y marcha en dirección a casa de su tía, mientras que Miriam finaliza de recoger la habitación y se va a alisar el pelo, recoger el salón y comer, serán dos segundos, asique lo dejara para lo ultimo. Pero saca la plancha de su cajón y su madre la llama para comer. No la puede hacer esperar, no quiere correr el riesgo de que se enfade. Y puesto que no le queda mas remedio, va a la cocina, enciende la tele y se pone a comer  .Viendo la tele sale una noticia impactante, se ha encontrado un hombre muerto por insomnio cerca de una calle por la que ella va todos los días para ir al colegio.

Pican al timbre, Lucia se asoma a la ventana. Es su prima, ya esta allí y ella sin arreglarse aun.

Carolina sube las escaleras y cuando la ve se tira a ella y se dan un beso.

-¿Qué tal prima?

-Muy bien,  ¿y tu?

-Bien, pero aun ni me he vestido, pero tu ya sabes que yo soy muy rápida, ¿Vamos a comer?

-Si, ¿Y Nerea?

-Mi madre ha salido por compromiso a comer con mi padre y su familia. Espera en el salón y ahora traigo la comida, ve haciendo espacio.

-Vale, ¿Pero que hago con todo?

-Amontónalo hacia los lados, ya lo recogeré yo luego. Voy a por eso.

Miriam esta nerviosa por el pasmoso acontecimiento. Ahora si que necesita distraerse de todo. Pero no puede ser, aunque sea mucha coincidencia esas cosas en la vida real no pasan. Tiene que ser ficción, si, eso quiere creer.

16:30, la hora. Miriam espera a sus amigas en la parada del bus, no piensa decirles nada, lo mejor es distraerse y relajarse.

Las ve acercarse, están guapísimas, vienen escuchando música en alto, riendo y hablando.

Se saludan y se aproximan dándose dos besos.

-Quedan cuatro minutos para el bus aun.- Dice Carolina.

-No es tanto, pero me muero de ganas por llegar.- Le responde Miriam.

-Oye, por cierto. Estáis guapísimas ¿Foto? .- Pregunta la mayor de las chicas.

Las dos amigas posan encantadas. Lucia nota algo extraño en Miriam, pues no la ve muy animada, cosa que le parece rara, ya que a todas les encanta salir de fiesta, pero no se preocupa, sabe que en cuanto lleguen, se le pasara, si es que le pasa algo.

Y si que le pasa, Miriam no puede dejar de pensar en lo que ha visto hoy por la tele y lo que leyó a noche del libro. Esta perpleja, no asustada por que realmente no sabe si creer si seria cierto tan solo una leyenda.

El bus. Se sienten el centro de todas las miradas, y de verdad lo son. Es muy difícil ver una verdadera amistad a esos años, pero en ellas se siente. Esa fuerza, esa magia. Esa confianza. Se ve. Son muy bonitas. Las tres de pelo largo y liso, una rubia, otra morena y la que parece mas mayor de pelo más oscuro. Todas van de vestido y tacones. Perfectas. Son perfectas.

La parada llega, y las tres amigas se bajan y se ve como un montón se juventud inunda la acera, y navegando  entre ellos las amigas entran en un bar:

-Oye, ¿no os parece que la música esta muy alta?

-Si, pero bueno. ¿Que nos pedimos? .- Pregunta Lucia.

-Para mí una Coca-Cola, ¿Y para ti, Caro?

-Yo quiero una fanta de naranja.

-Vale. Voy a pedir, ¿Me esperáis en esta mesa?

-Si.

Lucia va a pedir. Tiene ganas de bailar y sonreír con sus amigas, pues desde que sus padres están en tramites de divorcio, ella intenta aparentar que esta bien. Pero le duele todo esto. Todos estos años.

Las chicas esperan en la mesa, hablando de cualquier cosa, y de repente dos chicos se hacerca.

-Hola.

-Hola.- Contesta Miriam.

-Yo soy Pablo, y él es Sergio.

Dos besos.

-Encantadas.- Responde cada una.

-¿Podemos sentarnos? .-Dice Pablo.

Caro asiente con la cabeza. Son dos chicos atractivos, altos, de pelo corto. Educados, bien vestidos. Por sus maneras inmediatamente cabe decir que son de buena casa.

Lucia acaba de pedir las bebidas y se dirige a la mesa donde las chicas la están esperando, pero no las ve, solo lo ve dos jóvenes de espaldas que parecen ocultar a dos chicas sentadas en el sitio opuesto. Aun así la chica sigue caminando y al acercarse se da cuenta de que las chicas que tapaban las cabezas de los jóvenes son sus amigas.

-Me voy un segundo a pedir ¿Y ya os ha dado tiempo a ligar?- Interrumpe Lucia que parece enfadada, pero no es así. Ha venido para pasárselo bien.

Los chicos se ponen algo tensos y nerviosos, pues no tenían intención de molestar.Pero pronto Miriam les calma con unas palabras.

-Tranquila Lucia, tan solo son dos amigos que nos han preguntado si podían sentarse, nada mas, además son muy divertidos.

Lucia se ríe calmando la situación. Y aliviados, todos ríen.

Es realmente guapo, tiene una sonrisa increíble y un cuerpo perfectamente tonificado. Su personalidad es educada, su mirada sincera… Sin duda Pablo se parece mucho al chico de sus sueños. Caro esta muy interesada en el, ¿Pero él lo estará en ella?

Pablo mira a las chicas, y si, realmente son todas preciosas, pero teniendo que elegir se queda con ella…Carolina; esa belleza natural única, especial, su pelo, su esencia, su cuerpo…

-Chicas, ¿Vamos a bailar?- Dice Lucia

Las amigas sin dirigir palabra se ponen en pie y salen del sofá una detrás de otra. Los chicos las siguen. Ellas van cogidas de la mano en cadena, la primera lucia, y en el otro extremo Caro, que de repente la agarra otra mano que la gira y la separa de las demás.

Carolina y Pablo se miran fijamente. Los dos son conscientes de lo que sucede. Entonces Pablo se adelanta y la abraza, ella también lo abraza.

-Pablo, yo quiero seguir conociéndote, yo no quiero esto hoy y mañana nada.

-Yo tampoco quiero ser uno más.

Sonríen.

-¿Vamos a bailar? .-Pregunta ella.

-Claro, si.

Las chicas observan la situación desde la otra parte de la discoteca junto a Sergio, que tímidamente permanece con las chicas sin decir nada.Ellas se miran perplejas esperando que ocurra algo mas después de aquel inesperado abrazo entre Caro y Pablo.Pero enseguida se separan y se acercan hacia la pista.

-Me encanta, pero quiero ir despacio- Susurra al llegar Carolina junto a sus amigas que se dio cuenta de como la observaban.

-¿De verdad?.-Le cuestiona su prima.

-Si, parece mi chico ideal.

-Pues consérvalo.-Dice Miriam con una sonrisa.

-Oye, ¿Dormimos todas juntas hoy?

Entonces Miriam piensa en el libro. No puede aceptar la propuesta de su amiga, pues la intriga que le ha provocado ese libro y el saber si lo que dice es cierto le  haciendo negar una noche con sus amigas. Sus mejores amigas… Entonces reacciona. ”Claro, si las invito a dormir a mi casa… Yo podre leer el libro mientras ellas pueden ver la tele o hacer cualquier otra cosa…”

-Vale, ¿Os quedáis en mi casa?... Es que seguramente no me dejen si no, puesto que al día siguiente tengo que estudiar.

-No, no me apetece, lo siento mucho chicas.

-¿Por qué? - Preguntan las dos chicas asombradas por la respuesta de su amiga.

-Bueno, la verdad es que hoy vienen a cenar los padres de mi madre y va, no me apetece.

Las horas pasan, las chicas bailan y se lo pasan bien, mientras que Carolina y Pablo no han dejado de hablar y de mirarse llega la hora de despedirse, e irse para casa.

-Que pena que os tengáis que ir ya, me ha encantado conoceros- se despide Sergio.

-Nosotras también estamos encantadisimas de haberos conocido chicos- Dice Miriam.

Lucia ya ha comenzado a caminar hacia la parada del bus, mientras que Miriam espera a Carolina que se despide cariñosamente de Pablo y se prometen hablar por la noche.

Quien les hubiera dicho que el día terminaría así, Lucia por su cuenta, Carolina enamorada y Miriam en un sin vivir pensando a cada instante cual será el misterio de ese libro.

Por fin cogen el bus de regreso a casa. Están cansadas, muy cansadas, tienen ganas de quitarse los tacones y llegar a cenar para reponer energías. Carolina no puede pensar en otra cosa, un día, solamente un día ha bastado para que ese chico la halla conquistado, fue como en una película y espera que esa película siga reproduciéndose  por mucho tiempo.

Miriam mira por la ventana, se aproximan a casa, cada paso es un vuelco al corazón, esta nerviosa y puede que algo asustada, pero son tonterías se dice asi misma, pues esas cosas no pasan. ¡No pasan!

Lucia mira melancólica hacia un punto fijo del automóvil. El día no ha estado nada mal, piensa. Entonces abre la cartera para guardar el cambio del billete del autobús, y encuentra  una imagen de su familia que le hace recordar. Una gran nostalgia de sentimientos la arrastra y la dirige a encontrarse francamente mal, a ser niña otra vez. Entonces rememora esa fotografía en el camping de Valencia por el verano del 2003, habían comprado pasteles y estaban todos sentados alrededor de una mesa plegable probando aquellos deliciosos dulces cuando su padre se acercó a ella y le ensucio la nariz con la nata montada de su hojaldre.

Entonces ella se enfado, pero su padre se empezó a reír muy muy fuerte, y su madre. Ella como siempre trato de contenerse, pero finalmente se dio por vencida. Los tres reían. Una brisa suave, una temperatura cálida y agradable con el atardecer de fondo que hacia el momento perfecto, su padre se dio cuenta de ello, y puede que por eso quisiera capturar el instante en aquella maravillosa fotografía.

Carolina y Miriam siguen el trayecto, todavía les queda una parada, mientras que Lucia al fin abandona el colectivo. Tiene unas ganas enormes de llegar a su casa y abrazar a su madre, en el autobús sintió como todos esos momentos se marchaban, se iban y se sentía vacia. Pero le hicieron darse cuenta de que ellos pasan por lo mismo y que tiene que facilitar la situación en vez de herirlos mas con sus caprichos y sus protestas de niña pequeña. No puede ser dura con ellos, no se lo merecen, por todos este tiempo y por todos lo momentos felices que vivieron.

Seguirán siendo los mismos y seguirán queriéndola lo mismo.

Llega el momento de bajar del bus para Carolina y Miriam, durante el camino no conversaron, ni se miraron.

-¿Te pasa algo?- Pregunta Carolina desconcertada,

-No, ¿Y a ti?

-No puedo para de pensar en Pablo.

-No te preocupes, en cuento lleguemos a mi casa nos vamos a la habitación y te dejo el portátil.

-¿Y tu?
-Yo leeré un libro, no te preocupes, estoy enganchadisima.

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